sábado, 17 de marzo de 2012

La liebre y la tortuga


Un día, una liebre se estaba burlando de una tortuga muy lenta y la tortuga, en lugar de enfadarse, se echó a reír.
La tortuga desafió a una carrera a la liebre y ésta dijo que aceptaba.
Cuando comenzó la carrera, la liebre adelantó a la tortuga con muchísima rapidez.
La liebre llegó a la mitad de la carrera y se echó una siestecilla.
Al despertarse se encontró a la tortuga en la meta con una sonrisa en la cara.
Mientras ella dormía, pensando que tenía ganada la carrera, la tortuga, pasito a pasito y sin detenerse, la adelantó y venció.

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